Origen e historia de la raza
El Alaskan Malamute ha sido durante siglos un auxiliar indispensable de los Inuits, en la región del golfo de Kotzebue, en Alaska. Su nombre proviene de la tribu de la que es originario y para la que tiraba de los trineos. Esta raza no desciende de ningún cruce. El Alaskan Malamute entró en los Estados Unidos en 1920 y quince años más tarde, el "American Kennel Club" lo reconoce como raza.
Temperamento y carácter
La raza Alaskan Malamute es afectuosa y amistosa, por lo que es un perro ideal de compañía, aunque no lo es tanto para la guardia. Es un amigo fiel, inteligente y con una personalidad festiva y amigable. Son, además, perros muy limpios que no tienen problemas para aprender donde debe hacer sus necesidades. Lleno de energía, le encanta jugar. Y el arrastre es, por supuesto, su deporte de predilección.
Hasta aquí hemos explicado su relación con los humanos, pero con sus congéneres no es igual. Con otros perros suelen ser dominantes ya que florecen en él su pasado de lobos, donde la jerarquía es muy importante. Por ello, necesitan en ese aspecto una educación firme y severa desde pequeños.
Características físicas
Perro poderoso y de construcción sólida, con un cuerpo fuerte y musculado. La actitud del Alaskan Malamute, con su porte de cabeza alto y sus despiertos ojos, nos muestra su gran vitalidad. Sus ojos trasmiten un increíble interés y curiosidad por lo que ocurre a su alrededor. Sus ojos están dispuestos en posición oblicua en el cráneo. Son almendrados, de color marrón y de un tamaño medio.
Su pelaje es espeso, con un pelo duro de una longitud suficiente para asegurar la protección de un subpelo denso y lanoso. La cola, llevada por encima de la espalda, da la impresión de un penacho colgante.
De cabeza es ancha, posee unas orejas triangulares, tiesas cuando el perro está atento. Su hocico es puntiagudo, macizo y su anchura disminuye ligeramente de la raíz a la trufa.